Después de las vacaciones de verano, y antes de volver a la dura rutina laboral, decidimos probar suerte en nuestro pantano de referencia, y la verdad es que fue una mañana espectacular, más de cuarenta capturas, cierto que veinte de ellas sin medida, y ninguna carpa importante, pero nos divertimos mucho, y yo acabé cansando: ¡papá pon cebo, papá desanzuela, se ha enganchado... uff!, Pedro lo resumió muy bien al final, cuando dijo: "pusiste la silla cuando llegamos, son la una, y todavía no te has sentado".
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