En este pantano descubrimos otra especie a la que nunca antes nos habíamos dedicado. Los alburnos, una especie de peces pasto, introducida, como tantas, sin valorar como su voracidad y otros factores ambientales la harían invadir nuestras aguas y desplazar otras especies autóctonas, y competir con otras invasoras que con el fin de mejorar el alimento de éstas para potenciar su presencia de cara a la práctica deportiva, fueron razón fundamental de su seguramente equivocada introducción.
Pero este pequeño ciprínido, llegado de centroeuropa, y que mide entre 9-15 cm, aunque puede llegar a los 25 cm en edad adulta, da unas jornadas muy entretenidas y activas, siempre con equipos muy ligeros y casi cualquier cebo minúsculo. Especialnente gusanos o masillas.
En cuanto a su valor gastronómico, defendido por algunos, como esos pequeños peces que fritos pueden servir de excusa para reunir amigos entorno a la mesa después de una jornada de pesca en grupo. Si bien, la presencia en el vientre de muchos ejemplares de la Ligula Intestinalis, una tenia que según he leído no se transmite al humano, siendo su ciclo, del pez a las aves que los comen y de las heces de éstas al agua, en forma de larva que comen los diminutos crustáceos base del plancton que conen los alburnos, y el ciclo comienza de nuevo, los hace poco apetecibles para muchos.
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